La arquitectura y sus concecuencias.

10:16:00 PM

El siguiente es un texto publicado en la revista Arquine #57 cuya autoría corresponde a Ole Bouman. Me parece sumamente importante compartir este tipo de lectura a los arquitectos en general, principalmente a los jóvenes que apenas se enfrentarán con una serie de cambios que con el tiempo han hecho que esta profesión empiece a mutar una dirección cuyo final resulta ser impredesible.

¿Hay algo en la sociedad actual que sea tan evidentemente que no necesitemos discutirlo? Nada parece lo suficientemente decisivo como para anticiparse a las dudas. Las certezas fiables son escasas y casi nada puede darse ya por hecho. El lenguaje que usamos, los lugares donde vivimos, las clases sociales a las que pertenecemos, los oficios que prendemos, las instituciones para las que trabajamos, prácticamente todo y cada uno necesita ser justificado o defendido. Todos los días se plantean preguntas que implican una confrontación: ¿es realmente importante o útil lo que estás haciendo?, ¿va a seguir siéndolo mañana? Comprobaciones de la realidad como éstas con frecuencia dan como resultado un cambio radical.

Las cosas no son distintas en la arquitectura. La complacencia con la que esta profesión se concentraba en la producción de formas y conceptos únicos –así como la consiguiente publicidad- ha dado paso a un renovado interés por la trascendencia pública de la arquitectura. Al mismo tiempo, la incuestionabilidad del papel central que tradicionalmente ha despeñado esta disciplina en el diseño y la construcción de la sociedad está desvaneciendo. Como profesión, la arquitectura enfrenta ahora la fuerte competencia de otros especialistas en el proceso constructivo.

Como técnica, la arquitectura se ha convertido en parte de una cadena constructiva que va más allá de sus competencias particulares. Como forma artística, se le critica con severidad como el lenguaje arcano de una elite de iniciados. Como actividad económica, está siendo socavada por todos lados, y tener un nivel de vida decoroso con la arquitectura se ha convertido en un desafío. No es de extrañar que la profesión busque con entusiasmo (aunque con algo de pánico) “la plusvalía” de la arquitectura y el “papel del arquitecto”. Resulta significativo que obtener definiciones precisas para estas expresiones esté lejos de ser un simple ejercicio.

Puede parecer irónico decir que, a pesar de estas incertidumbres, la nuestra es una época fantástica. Qué privilegiados somos de vivir en una etapa en la que una vez más tenemos que demostrar para qué son las cosas realmente y cómo nuestras acciones importan de verdad. ¡Qué bien poder defender una arquitectura de Consecuencias! Una arquitectura sin la que el mundo no puede vivir.
             
Lo mismo puede decirse del Instituto de Arquitectura de los Países Bajos (NAi, por sus siglas en holandés), cuyo tema principal es la arquitectura. El NAi trabaja duro para justificar por qué organiza todos los años un amplio programa dedicado a la gloria de esta disciplina –mediante exposiciones que muestran dicha gloria y recopilación de los archivos que se expresan con base en esa gloria-. Por esta razón, el NAi ha hecho de la Arquitectura de Consecuencias explícitamente el núcleo de su programa de innovación. Si la arquitectura ha de ser celebrada, recopilada y discutida, que lo sea sólo como un arte que puede demostrar su carácter indispensable. 

En este sentido, el NAi también tiene como objetivo impulsar la arquitectura contemporánea. Esto se puede hacer de forma continua, destacando no sólo la belleza de la arquitectura sino también sus logros genuinos. Al cuestionar en qué medida la arquitectura ofrece soluciones a nuestros problemas, se acredita a sí misma en el proceso. Lo hace colocando la arquitectura en el contexto directo de los problemas más acucinantes de nuestro tiempo y haciendo que su carácter indispensable sea irrefutable. De todo esto surgió el programa a largo plazo Arquitectura de consecuencias, una operación de ayuda para la arquitectura y, con ella, por supuesto, con el tiempo, una operación de ayuda para el propio NAi. Después de todo, una institución cultural que rescata el tema de su interés también recupera su propia razón de ser.

Han pasado dos años desde que se publicó el libro Architecture of Consecuence. Por medio de proyectos de diseñadores holandeses, este libro demuéstralo mucho que la arquitectura puede contribuir a mitigar los grandes desafíos sociales relacionados con las limitaciones en los alimentos, la salud, le energía, el espacio y el tiempo, la cohesión social y la creación de valor. La exposición paralela actualmente se exhibe de manera itinerante por el mundo, y ha recibido una enorme respuesta.

En el mundo, hay una demanda enorme de ejemplos convincentes de arquitectura que ofrezca soluciones. En muchos casos, estas soluciones adoptan la forma de proyectos sociales, destinados a garantizar una mejora inmediata en las condiciones de vida, como se vio, por ejemplo en la exposición “Small sacale, big change (in underserved communities)” [Escala pequeña, gran cambio (en comunidades marginadas)], o en la obra de Architecture for Humanity [Arquitectura para la Humanidad]. Cada vez más, sin embargo, los proyectos no están respondiendo a una gran necesidad, sino a una gran oportunidad que ha estado siempre latente y que de repente se reinterpreta desde una nueva perspectiva de compromiso social. Ésta es la arquitectura que demuestra que existen todo tipo de posibilidades inesperadas para el cultivo de alimentos en zontas urbanas, para la creación de entornos saludables y sostenibles, el apoyo a las redes sociales y la creación de valores inmobiliarios sobre la base de nuevos modelos de ingresos.

Debido a su programa de innovación, cada vez con mayor frecuencia se pide al NAi que presente y explique esta historia. También se le solicita regularmente que calcule los benficios obtenidos, que medie en la búsqueda de los diseñadores adecuados para proyectos específicos y brinde asesoría en la reevaluación de programas de enseñanza. Las palabras, sin embargo, no bastan. En su sede en Rotterdam, el NAi utiliza estas nuevas evaluaciones para mejorarse. Mientras escribo estas líneas, se están dando los últimos toques a la renovación del NAi, que tendrá un edificio más sostenible, más social, más amplio, más saludable y más valioso. Por encima de todo esto, se está concibiendo un programa cultura que determinará por aportar más tiempo a la gente de lo que les cuesta. Y, sin embargo, no estamos del todo satisfechos con nuestras propias palabra y hechos. Está muy bien querer hacer de nuevo una arquitectura trascendente por sus diseños y debates, pero esto sólo se puede “probar” si en la práctica realmente funciona de esa manera. Y para lograrlo hay que mirar más allá de las intenciones y del análisis del diseño. Se tiene que escuchar a los propios usuarios quienes experimentan día a día si las buenas intenciones se hicieron realidad. Estos usuarios son los testigos que necesitamos para poder juzgar la calidad de la buena arquitectura. Y puesto que son usuarios, el punto no es un veredicto final, sino más bien una visión en curso que puede utilizarse directamente en nuevos proyectos.

Estos testimonios son la esencia de esta publicación y de la exposición que la acompaña. El título lo dice todo: Testify! [¡Testifique!]. Probar que la arquitectura funciona –no sólo en su función directa, sino también en su alcance programático, en sus efectos culturales y en última instancia suvalor para la sociedad-. Demostrar que la arquitectura resuelve problemas. Mostrar esas consecuencias de la arquitectura física. Su atención se centra mucho más en las formas en que su espacio está organizado y, por lo tanto, en cómo la vida cotidiana y su telón de fondo físico se influyen mutuamente.

Por lo tanto, no sorprende que el curador Lukas Feireiss haya optado al final por diseño que algunos lectores ni siquiera podrán reconocer como arquitectura.

Ése es un riesgo que estamos felices de tomar. La arquitectura se está reinventando a sí misma y no es de extrañar que nos asombremos de cómo se ve, de lo que arquitectura es y de lo que puede llegar a ser.

 
Ole Bouman es el nuevo director del Netherlands Architecture Institute (NAI).
http://www.icam-web.org/news.php?subnode_id=1&page_id=176





  

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